Salsa de tomate casera
Incluyo esta salsa de tomate casera entre las recetas básicas, ya que muchos platos de los que preparo habitualmente llevan salsa de tomate. Es una salsa de tomate ligera, que sirve tanto para pasta, arroz, legumbres o lo que se os ocurra. Mi hijo se la come a cucharadas o moja el pan en ella.
Creo que es un básico que hay que tener siempre en la nevera y olvidaros del tomate frito de bote que está lleno de azúcar, colorantes y de todo lo que se os pueda ocurrir y más. Además dura bastante en la nevera aunque realmente no os durará mucho una vez que la probéis y veáis lo riquísima que está.
Lo más importante en esta receta obviamente es el tomate, así que tenemos que asegurarnos de que compráis tomate de buena calidad, ya veréis que diferencia hay entre unas marcas y otras! No olvides puntuar nuestra receta si la haces, y dejarnos un comentario contándonos que te ha parecido.
¡Gracias!
Salsa de tomate casera
Preparación
5 min
Tiempo de cocción
45 min
Porciones
3-4 personas
Ingredientes
- una lata grande de tomate pelado de buena calidad (800 g)
- una cucharada sopera de concentrado de tomate
- aceite
- 1 cebolla (opcional)
- 2 ajos grandes
- 1 sal y pimienta al gusto
- 1 pizca de azúcar
Método
En primer lugar picamos la cebolla muy fina y la sofreímos en una olla grande con un chorrito de aceite. Cuando esté dorada, le incorporamos los ajos laminados finamente. Un minuto a fuego bajo.
Cortamos los tomates en dados pequeños y los añadimos al sofrito. Mezclamos bien y añadimos el caldo de los tomates y el concentrado.
Dejamos cocinar a fuego lento durante unos 45-50 minutos removiendo de vez en cuando para evitar que el tomate se pegue en el fondo de la olla. Iremos notando que se va evaporando el agua, añadiremos agua si se queda muy seco, pero normalmente será suficiente con el caldo de los tomates.
A mitad de cocción, añadimos la sal, la pimienta y la pizca de azúcar. Esto último lo haremos para cortar la acidez del tomate.
¡Listo!
Recomendación: No aromatizar esta salsa con ninguna hierba, ya que al hacerlo condicionaremos el plato que vayamos a preparar con ella.
Por ejemplo si le ponemos albahaca y después queremos hacer curry y utilizar ese tomate, no quedará bien. Quedará un curry con sabor a albahaca.
Siempre puedes incorporarlo en el momento de calentar el tomate para el plato que vayas a preparar.
Os va a encantar, siempre sale bien, siempre viene bien y siempre gusta mucho.